Desayuno: la comida más importante del día

Sea por desinformación, falta de tiempo, inapetencia o bajar "algunos kilitos", la mala costumbre de "saltarse" el desayuno tiene consecuencias dañinas para nuestro organismo, que justo en las primeras horas del día requiere energía para actuar con vitalidad. De acuerdo con médicos expertos, nuestra primera comida debe proporcionar 25% de las necesidades nutricionales diarias, ya que se ha comprobado que cuando la aportación es menor, en el corto plazo, disminuyen las funciones del cerebro, generándose irritabilidad, baja concentración y fallas en la memoria.

A largo plazo pueden presentarse complicaciones todavía más serias, pues hay falta de hierro y vitaminas, lo que ocasiona deficiente circulación del oxígeno y mal funcionamiento general del sistema nervioso. Si esto parece poca cosa, se ha comprobado estadísticamente que aquellos individuos que suprimen el desayuno corren más riesgo de sufrir obesidad.


Malos hábitos

Mucha gente recurre a alimentos rápidos con la idea de "tapar el huequito" que sienten, comer algo "mientras" en lo que hay un momento oportuno (que a veces no llega), o recurren a alguna práctica para "engañar" a su estómago. Aparentemente no hay daño alguno, pero probablemente a media mañana se experimente irritación o dolor de cabeza debido a la baja cantidad de nutrientes. 
Ahora bien, es pertinente añadir que es tan mala la escasez como el abuso: aunque la glucosa (azúcar) es necesaria para que el cerebro funcione adecuadamente e inicie la coordinación de nuestra jornada, su exceso genera aletargamiento.

Dicho esto, pasemos a revisar algunas rutinas comunes en cuanto a hábitos alimenticios matinales.

Cereal de caja. Es cierto que alimenta y proporciona ciertos nutrientes, pero la verdad es que contiene azúcar principalmente, aunque los empaques suelen contar con la leyenda "enriquecido con vitaminas y minerales". Sirve, pero no como alimento único.

Barras de granola y cereal. Muy convenientes para transportarse, pero presentan el mismo problema antes descrito: su ingrediente principal es el azúcar.

Café y galletitas. Además de que la cafeína acelera al sistema nervioso, lo que es poco recomendable para muchos individuos, si se consume como único alimento matinal puede generar gastritis. Respecto a las galletas, están elaboradas con azúcar, harina refinada y poco huevo; se deduce entonces que no son muy nutritivas.

No desayunar. No sólo pone de mal humor y atenta contra las propias capacidades del organismo, que debe trabajar sin nutrientes, sino que, se ha comprobado, ocasiona obesidad; esto porque, aunque no ingresan calorías al cuerpo, en comida o cena se busca una compensación a través de "atracones".

Desayuno pesado. En el otro extremo se encuentran quienes acostumbran abundante alimentación por la mañana, la cual ocasiona problemas como indigestión, desánimo, lentitud, sueño o pereza; además, en estos casos se suelen incluir carnes, ricas en grasas saturadas, que seguramente también serán consumidas en la comida o hasta en la cena, generándose un abuso que repercutirá en sobrepeso y problemas en el sistema circulatorio.

Lo sano

Un alimento imprescindible y que ha acompañado a nuestros desayunos desde siempre son las frutas, sea en cóctel o como jugo. Además de servirnos para abrir el apetito, regulan nuestro tránsito intestinal, ya que contienen fibra (cuando está entera) que incrementa el movimiento del estómago.

Los cereales son también una opción pero, como ya se dijo, no deben ser el único alimento a consumir; además, se aconseja recurrir a aquellos que contengan menos colorantes y saborizantes.

El pan, principalmente de caja y elaborado con harina integral, es fuente ideal de hidratos de carbono, minerales, proteínas, hierro, vitaminas y fibra, y combina muy bien con productos lácteos y huevos, que proporcionan proteínas. Otros alimentos ideales para completar el desayuno son: yogurt, mermelada y miel.

Si bien lo más aconsejable para una buena alimentación matinal es contar con tiempo (se sugiere irse a dormir más temprano por las noches y así levantarse a tiempo para desayunar con tranquilidad), sabemos que es inevitable que en ocasiones ganen las prisas; para esos casos recomendamos llevar de casa una o dos piezas de fruta, generosa porción de queso fresco o vaso de yogurt, así como una rebanada de pan. Debe evitarse en lo posible la comida chatarra, pues aunque quita el apetito alimenta muy poco.
Como puede observarse, tener un desayudo adecuado no es tan difícil como se suele pensar, ya que disponemos de opciones variadas y nutritivas para alimentarnos cada día con algo distinto; sólo cabe recordar que el consumo, aunque importante, debe ser moderado, nunca excesivo.

Artículo Anterior Artículo Siguiente